La uña es una estructura convexa de la piel localizada en las regiones distales de los dedos. Las uñas están formadas principalmente por células muertas endurecidas que contienen queratina, una proteína fibrosa que el cuerpo produce de manera natural.
Se sitúa en la cara dorsal de la última falange, tanto en los dedos de las manos como en los dedos de los pies. Respecto a las tres capas que posee, la primera capa es la que se encuentra expuesta, y se denomina queratina, la segunda capa se denomina queratina media y la tercera queratina sensible. Las tres capas son muy delicadas, pueden rasgarse o separarse con el uso excesivo de tijeras o corta-uñas.
El ritmo de crecimiento de las uñas varía de un dedo a otro y de una persona a otra. Las uñas crecen a una velocidad promedio de 0,1 mm/día (1 mm cada 10 días o unos 3 mm al mes). Las uñas de las manos tardan de 6 a 8 meses en volver a crecer completamente. Las uñas de los pies tardan en volver a crecer completamente de 12 a 18 meses. El ritmo exacto depende de la edad, la estación del año, la cantidad de calcio, de los ejercicios hechos y factores hereditarios.
Si no se cortan, las uñas pueden alcanzar una longitud considerable. Las uñas de las manos crecen cuatro veces más rápido que las de los pies. En los dedos de manos y pies, la queratina se endurece, lo que forma una superficie dura y protectora sobre los tejidos de los dedos.
A medida que las células epidérmicas debajo de la raíz de la uña se desplazan hacia arriba hacia la superficie de la piel, aumentan en número y las que se encuentran más cercanas a la raíz de la uña se achatan y comprimen. Cada célula se transforma en una placa fina; estas placas se apilan en capas para formar la uña. Las uñas se forman por queratinización. Cuando las células de la uña se acumulan, la uña se desplaza hacia delante. Las uñas de los dedos de las manos crecen cuatro o cinco veces más rápido que las uñas de los dedos de los pies. Las uñas crecen más rápidamente en verano que en invierno. Si una uña se rompe, volverá a crecer si la matriz no está gravemente lesionada.
Podemos decir que una de las características principales de esta parte de nuestro cuerpo se da en los adultos; nos referimos a su dureza. En la adultez las uñas se tornan más duras y resistentes; cuando el individuo entra en la tercera edad la misma se vuelve opaca perdiendo mucho brillo y a su vez más frágil con un color rosado. Como dijimos previamente, nuestras uñas dicen mucho de nosotros y de nuestra personalidad, hasta pueden indicar aspectos importantes de nuestros hábitos alimenticios, es por eso por lo que debemos considerarlas nuestra tarjeta de presentación antes los desconocidos.
