Es una enfermedad inflamatoria de la piel, crónica que cursa de forma muy diferente según quien la padece y el tipo de Psoriasis que padece, pudiendo ser una manifestación continua, intermitente que incluso a veces llega a desaparecer durante años. Tiene una prevalencia de 1,5 al 3% de la población y en muchos casos suelen haber familiares afectos de la enfermedad, considerando que en muchos casos su causa es genética. Su origen, aun así, sigue siendo desconocido, aunque se conocen muchos aspectos de proceso inflamatorio que induce al desarrollo de la enfermedad y que desde hace más de 10 años son la advertencia para muchos tratamientos de última generación.
Se manifiesta en la cabeza, los codos, las rodillas como lugares de predilección, aunque pueden afectar a cualquier parte de la piel, incluso toda ella. Cursa con placas rojas de 1 a 5 o más centímetros de diámetro, sobre las cuales aparece una descamación blanquecina adherida. En la mayoría de los casos no presenta picor, aunque muchos pacientes aquejan este síntoma. Es muy característico la aparición de una erupción, de lesiones como las ya descrita, en el tronco, aparecidas tras un catarro o amigdalitis con lesiones pequeñas pero múltiples. Otras formas y localizaciones son más raras. Las uñas en muchas ocasiones también se ven afectadas con la aparición de un punteado, y cambio de color y engrosamiento que se confunde fácilmente con infecciones por hongos. Un porcentaje aproximado al 10% de pacientes con Psoriasis podría también padecer o desarrollar en el tiempo Artritis Psoriásica.
Los principales factores desencadenantes de brotes de psoriasis son: 4
No existe una cura para la psoriasis, pero los síntomas se pueden controlar por lo mismo que no es una enfermedad contagiosa. Las medidas relacionadas con el estilo de vida, como aplicarse crema humectante, dejar de fumar y controlar el estrés, pueden ser útiles.