La reflexología o reflexoterapia es un tratamiento de masaje que puede utilizarse con multitud de aplicaciones. Sus beneficios son tan variados que puede utilizarse como método de adelgazamiento, así como para el estreñimiento o como ayuda en la terapia contra el cáncer. La reflexología es una terapia eficaz y segura, que se basa en el principio de que los puntos reflejos que se encuentran en los pies y las manos corresponden a órganos específicos, músculos, huesos y sistemas del cuerpo.
Es un arte y una ciencia basada en la relación que existe entre los puntos reflejos de manos y pies con todos los órganos del cuerpo. Mejora síntomas de enfermedades y, aplicada regularmente, ayuda a mantenerse sano como terapia preventiva. Se deben evitar los masajes después de las comidas y cuando existen heridas en los pies, problemas venosos importantes, embarazo o enfermedades cardiovasculares. Existen diferentes tipos de reflexoterapia dentro de los principales podemos encontrar:
La reflexología se basa en el chi, un concepto ancestral chino compartido con otras tradiciones médicas orientales, como la acupuntura. Es un tipo de masaje en el que se aplican distintas cantidades de presión en puntos específicos de los pies o las manos o en distintas zonas específicas por lo que se cree que esos puntos se relacionan con ciertas partes del cuerpo. Se afirma que la reflexología produce relajación y cura esas partes del cuerpo con malestares o desbalance en el que se altera el flujo de esa energía, se produce un desequilibrio que repercute en las funciones de los órganos y causa una enfermedad.
A través de los puntos localizados, los órganos proyectan «elementos reflejos» o «zonas de reflejo» hacia varias partes del cuerpo, por ejemplo, las manos, los pies, las orejas, el rostro, el cráneo, la cara y el raquis. Los reflexólogos afirman que los puntos reflejos correspondientes al órgano afectado se vuelven más sensibles, y el masaje en dichos puntos sirve para recuperar el equilibrio a través de una terapía bien aplicada.